Para mantener nuestro peso dentro de los límites normales, no es preciso pasar hambre ni seguir un régimen monótono que al final resulta aburrido. Si somos constantes, podremos conservar la línea, sin renunciar a comer variado. Lo más importante es regular los hábitos alimenticios, intentar comer siempre dentro de los mismos horarios, y sobre todo repartir los alimentos en varias comidas al día (lo ideal sería cinco veces, desayuno, media mañana, comida, media tarde y cena). Y por último, pero no menos importante, evitar el picoteo entre horas.
Otro factor a tener en cuenta, es la cantidad de lo que comemos en cada una de esas comidas. Lo más correcto, sería desayunar abundantemente, dado que durante la mañana es cuando hay mayor desgaste energético. Después un almuerzo contundente sin pasarse, lo importante es no llegar a la comida con el estómago vacío, ya que corremos el peligro de darnos un atracón. Y por la noche, una cena ligerita.
Un consejo para no llegar a la hora de la comida con un hambre atroz es comer una manzana antes. Es decir que lo mejor que podemos comernos en la media mañana o en la media tarde, es una pieza de fruta o un yogur desnatado. Por otro lado, la cena debe ser ligera y por lo menos dos horas antes de acostarnos, para irnos a dormir con la digestión hecha. Ya que durante el sueño es cuando nuestro organismo se encuentra en metabolismo basal (utiliza la energía mínima para mantener sus funciones básicas).
Un hábito que nos ayudara a no comer más de lo necesario, es comer tranquilos, no a toda velocidad, masticando despacio (esto ayuda a que le de tiempo a nuestro cerebro a sentir la sensación de saciedad) y procurando no beber agua en exceso, ya que aunque es falso que engorde durante la comida, una cantidad exagerada de la misma, nos haría la digestión más pesada.
Es recomendable evitar el pan, el alcohol y los dulces en la comida. Los mejores acompañamientos son los vegetales. Es aconsejable comer una vez por semana pasta, arroz, patatas, aguacate y legumbres, pero en poca cantidad.
Una buena idea para comer con moderación fuera de casa es tomar una manzana o un huevo duro antes de salir: «matar el gusanillo», como ya se ha dicho, alejará la tentación de darse el atracón.
?Qué pedir? Nunca fritos, y tomar preferentemente un plato único sin repetir. Y cuidado con los postres. También es aconsejable evitar los aperitivos que sirven antes de la comida y suplirlos con un zumo de tomate, por ejemplo. Y, por supuesto, evitar comer pan y mantequilla.
Si se quiere hacer una comida en toda regla, con primero, segundo y postre, se puede empezar con una ensalada. Los aliños de los restaurantes suelen ser excesivos, por lo que es mejor aliñarse uno mismo la ensalada. También son entrantes aconsejables un consomé caliente en invierno o un gazpacho frío en verano. De segundo se recomienda pedir pescado o carne a la plancha, aunque es preferible tomarlos en papillote o a la sal. Y ojo con las salsas.
Se puede sustituir el postre por un café o té helado. Si no se quiere prescindir de ese placer, se puede pedir fruta. Por último, una infusión de hierbas ayudará a hacer la digestión y mitigará las ganas de seguir comiendo.